Introducción e historia
El agua ha sido el principal medio extinción de incendios durante muchos años. El agua es eficaz, abundante y relativamente barata de usar. Mientras que el agua es, sin duda eficaz, la espuma ha añadido una nueva dimensión a la lucha contra los incendios.
La espuma se divide en 2 tipos:
· Espuma química:
Se produce a través de una reacción entre 2 compuestos químicos, normalmente bicarbonato sódico y sulfato de aluminio que originaba burbujas de CO2, como los extintores utilizados en el siglo XIX. Actualmente, este tipo de espuma raramente se utiliza, ya que al requerir la combinación de 2 compuestos químicos diferentes antes de que se produjera la espuma, esto dificultaba llevarlo a cabo “in situ” en el incendio. Además se necesitaban grandes cantidades producto para su formación.
· Espuma mecánica:
Se produce cuando el agua, el espumógeno y el aire son mezclados
en proporciones adecuadas. A estos tres elementos se le añade agitación mecánica para la formación de la misma. En este blog nos centraremos básicamente en este tipo de espuma, y por tanto nos referiremos a ella sólo como “espuma”, ya no utilizaremos el matiz ”mecánica”.
Bibliografía:
Fire Service Pump Operator: Principles and Practice, 2011. International Association of Fire Chiefs National Fire Protection Association.